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¿Por qué deberíamos empezar a bailar desde que somos pequeños?

¡Buenas, familia!

Si algo es cierto en la educación de los niños es que, desde pequeños, se les enseñan conocimientos y habilidades en áreas como las ciencias, las matemáticas o el lenguaje.

Sin embargo, ¿qué hay de su bienestar físico y su desarrollo emocional?

En muchas ocasiones se tiende a descuidar este aspecto, cuando es fundamental reconocer que el deporte o cualquier actividad física también desempeñan un papel crucial en su crecimiento y bienestar.

¿Y cuál es una de las disciplinas más completas que pueden practicar los niños sin dejar de divertirse?

Efectivamente, el baile.

A cualquier edad, bailar nos hace mover y ejercitar todo nuestro cuerpo, con los beneficios físicos y mentales que ello conlleva.

(Si quieres saber cuáles son estos beneficios, puedes hacerlo en nuestro post sobre los beneficios del baile. ¿Qué ocurre cuando bailamos todos los días?)

Volviendo a los más pequeños, empezar a bailar desde edades tempranas tiene numerosísimos efectos positivos que intervienen en el completo desarrollo de los niños.

¿Quieres conocerlos? ¡Allá vamos!

5 beneficios de aprender a bailar desde niños

 #1 Conocimiento y control corporal

Este es uno de los mayores beneficios que puede aportar el baile en el desarrollo físico de los niños. 

Mover todo el cuerpo hace que los niños tomen conciencia sobre su propia corporalidad y que entiendan cómo se comportan cada una de sus partes de manera individual, desarrollando habilidades motoras finas y gruesas que mejoran su coordinación, equilibrio y agilidad.

Pero bailar también implica moverse en todas direcciones, por lo que aprender a moverse ocupando el espacio de manera efectiva les ayudará a desarrollar una comprensión más profunda de su propio cuerpo en relación con el espacio que les rodea.

Estas habilidades y conocimientos adquiridos gracias al baile pueden trasladarse a otras áreas de la vida de los niños, dándoles una base sólida para participar en actividades deportivas de manera exitosa.

#2 Desarrollo de su sentido del ritmo y oído musical

La danza y la música son dos ramas del arte que están completamente relacionadas entre sí.

Cuando un niño aprende a bailar, comienza a identificar las estructuras de las canciones, los diferentes ritmos y melodías y otros elementos musicales como el tempo, los cambios de tono o los acentos.

A medida que progresan, coordinarán mejor sus movimientos y desarrollarán su sensibilidad y apreciación por la música de una manera mucho más profunda.

Además, el baile les expone ante una gran variedad de estilos y géneros de todas las épocas y lugares, lo que les hace ganar cultura musical y enriquecer su capacidad para disfrutar de la música de manera más profunda.

#3 El baile estimula la creatividad

Como hemos dicho en el punto anterior, exponerse a diferentes músicas y bailes amplía los horizontes de los niños y son una fuente de inspiración para su propio desarrollo artístico.

Además, dentro del baile no existen reglas rígidas y esto da a los más pequeños la oportunidad de explorar diferentes movimientos para crear sus propias coreografías, estimulando su imaginación e incluso llegando a descubrir su propia identidad artística.

Por otra parte, cada niño tiene una forma de interpretar la música. A través del baile pueden conectar con su mundo interior y encontrar una vía para expresar sus emociones y contar historias sin necesidad de utilizar las palabras.

Este desarrollo creativo también tiene un impacto positivo en otras áreas de la vida, promoviendo el pensamiento innovador y la autoexpresión de los niños.

#4 Fomenta su responsabilidad

Ya sea en casa o asistiendo a clases, aprender a bailar implica una serie de compromisos y responsabilidades que los niños deben cumplir.

En primer lugar, comprenderán la importancia de ser constantes para progresar y evolucionar, lo que fomenta su disciplina y su capacidad de organizar su rutina diaria para, en la medida de lo posible, dejar tiempo para el baile.

En caso de asistir a clases de baile, los niños aprenderán, además, la importancia de la puntualidad y de seguir las indicaciones del profesor de manera respetuosa, escuchando atentamente y prestando atención a cada detalle.

Además, el baile también fomenta el trabajo en equipo. Los niños aprenden a colaborar con otros bailarines, a respetar sus tiempos y a asumir la responsabilidad de sus acciones para el buen resultado del grupo.

#5 Desarrollo de las habilidades sociales

Los niños se relacionarán con otros niños que compartan el mismo interés por el baile que ellos, por lo que empezarán a desarrollar su sentido de pertenencia al grupo necesario en el desarrollo de todas las personas.

Crearán un entorno seguro más allá de la familia donde tendrán la oportunidad de formar amistades duraderas basadas en intereses comunes y experiencias compartidas.

Por otra parte, en un mismo grupo de baile, podemos encontrar a niños de diferentes lugares, edades y habilidades, por lo que es el lugar perfecto para fomentar la inclusión, la diversidad, el respeto hacia los demás y desarrollar valores como la empatía, el compañerismo y la solidaridad.

Estas habilidades sociales adquiridas serán muy valiosas para el desarrollo personal y para la correcta interacción con los demás en muchos otros contextos sociales más allá del baile.

¡A bailar se ha dicho!

En este post hemos visto algunos de los beneficios más destacados que puede ofrecer el baile a los niños, además de los generales que se aplican a cualquier edad.

En Labuenavibra sabemos que el baile es una actividad que enriquece la vida de todo aquel que lo prueba, y por eso animamos a los más pequeños a que conozcan este mundo lo antes posible.

Si quieres que tus peques aprendan a moverse con sus canciones favoritas, contacta con nosotros a través de este formulario.

¡Y a seguir bailando con buena vibra!